Todos somos diferentes. Comparar es poco provechoso pues lastima la autoestima y además no nos lleva a una solución, ya que no hay un niño exactamente igual a otro. Cinco dedos tiene una mano y cada dedo es diferente al otro, cada uno tiene su función.
Igualmente sucede con los seres humanos. Traemos una carga genética que se refuerza con las vivencias. A unos les apasionan los carros, a otros la música, aquellos más allá están jugando a llegar a la luna, otros parecen ya estar en ella y así, cada quien es diferente.
Vamos a investigar, haremos una anamnesis y luego evaluaremos. Los resultados nos dirán dónde comenzar y cuál es el camino más adecuado para resolver lo que nos toca en cada caso.
Probablemente. Muchos padres entienden el amor, como una manera de complacer todos los deseos de sus hijos. Con frecuencia escucho: “no quiero que a mi hijo le falte lo que a mi me faltó”. Caemos entonces en el error de darles sin merecerlo y esto hace mucho daño. Vamos a aclarar lo que es amar y vamos a hacer los cambios necesarios en el hogar.
Eso solo lo sabremos sobre la marcha. Dependiendo del compromiso cognitivo del niño, veremos resultados a su debido tiempo. Trabajaremos con paciencia y respetando las características individuales de cada uno.
Sin embargo, la experiencia nos dice que en la medida en que la familia y la escuela sigan las recomendaciones del terapeuta y trabajen en sintonía, los resultados se verán mucho más rápidamente.
La relación que los niños pueden establecer con una mascota es extraordinaria. Se crean vínculos estrechos entre el niño y el animal cuando crecen juntos y se compenetran, sintiéndose acompañados, comprendidos, seguros y desarrollando sentido de responsabilidad
Sin embargo, hay que tomar en cuenta algunos detalles: Es necesario que exista estructura y orden en casa. Rutinas, horarios y reparto de tareas. Tener un perrito significa que hay que educarlo para que se comporte adecuadamente dentro y fuera de casa; haga sus necesidades en los espacios asignados, etc. Esto requiere tiempo y esfuerzo. El niño debe estar preparado para entender que su mascota es un ser vivo que requiere su atención, no solo juego y compañía.
Por otra parte es importante también tomar en cuenta el tamaño y la raza del animal a escoger, dependiendo del espacio de que disponga. Si hay jardín en casa mucho mejor. Existen razas más afines con los niños, menos nerviosos, más juguetones y protectores. Esto también es importante tomarlo en cuenta.
Si ustedes y su hija están listos para esto, la respuesta a su pregunta es: Si, un perrito ayudará mucho a que su hija se sienta querida, acompañada, segura y comprendida.
Falso. Ningún especialista es capaz de tener razón en algo así. Todos vinimos al mundo a cumplir una misión y hay espacios para todos. Debemos estimular, estimular y estimular hasta el cansancio para darle a los niños la oportunidad de madurar y aprender. Solo así sabremos hasta dónde serán capaces de llegar. Quizás no podrán ser médicos o ingenieros, pero si existen muchas otras oportunidades en esta vida esperando por cada quien.