Consentir es una manera de expresar el amor que sentimos por nuestros hijos. Abrazarlos, pasearlos, colaborar con ellos, reír mucho, conversar, comer juntos, inventar, correr, pasear, saltar. Todas estas cosas son consentir a nuestros hijos. Tocarlos con sus manos, mirarlos con sus ojos, hablarles con su voz. Gozarlos y ser empáticos al cien por ciento.
¿Amamos Verdaderamente?
Amar es abrir espacios para la aceptación incondicional, poniendo atención al otro y alegrándonos por su bienestar. Este concepto dista mucho de ese “querer cambiar al otro”.
La Pobreza Tiene Cara
“Dar” es la clave. Dar de nosotros mismos, crecer en altruismo, nobleza y poner atención a lo que sucede a nuestro alrededor para que desarrollemos sensibilidad. Esta es una tarea de toda una vida.