No es Necesario “Cambiar el Fuerte Carácter del Niño”
De manera muy sencilla, hoy quiero hablarles de los dos aspectos que definen nuestra personalidad:
- En primer lugar, el temperamento, que son esas cualidades con las que nacemos, heredadas de nuestros ancestros y
- Posteriormente el carácter, que está moldeado por nuestras vivencias ambientales.
Cuando recibo en consulta a un niño que está presentando algunas dificultades con su conducta, los padres en ocasiones tienden a expresar que se trata de un niño con un fuerte carácter que necesita ser cambiado.
Muchas veces no se han dado cuenta que ese carácter se parece al de uno de ellos, pero, si les es fácil identificarlo en el otro:
– “Se parece a su mamá” – dice el padre.
“No es por nada profesora, pero este niño salió igualito al papá” – dice la madre.
En otras oportunidades, los padres lo ven con mayor facilidad cuando hablan de los abuelos o incluso más allá, y asocian ese fuerte carácter con uno u otro. Lo cierto es que tienen razón.

Una parte de nuestra personalidad la heredamos de nuestra familia. Traemos el carácter fuerte de la abuela por ejemplo y si en casa no se orienta adecuadamente, el niño se va convirtiendo en un Pequeño Emperador, que termina haciéndole a todos la vida muy difícil.
Cuando no canalizamos nuestro temperamento puede llegar a ser muy destructivo, pero cuando nuestro ambiente nutre lo suficiente, permite aflorar en nosotros nuestra verdadera esencia y propulsar nuestro potencial. Eso significa, sin duda alguna, que el temperamento de cada quien es único y especial pues es una fuerza que nos impulsa y nos motiva. No hay que cambiarlo, lo que hay que hacer es conocerlo y canalizarlo para sacarle el mejor provecho.
Recientemente cayó en mis manos un librito* muy sencillo que ilustra de manera extraordinaria este asunto. El autor nos habla sobre los cuatro estilos de temperamento que podemos encontrar. Ninguno es mejor que el otro, solo son diferentes y muy valiosos:
- Dominante: – Los que tienden a ser hacedores
- Influyente: – Son los grandes inspiradores
- Competente: – Los pensadores por excelencia
- Sostenedor: – Las personas muy sistemáticas
* SER. Pensamiento Para Ganadores. Misión AntiVirus. La Red Business Network

Cada uno de estos temperamentos tiene muy bien definidas sus fortalezas y también sus debilidades.
La tabla siguiente puede ayudarnos mucho a ubicarnos según sean nuestras características. En ocasiones entramos en más de una categoría, pues podemos ser una mezcla.
Lo que no hay que perder de vista es la necesidad de conocernos y conocer a nuestros hijos y alumnos, para que de esta manera podamos fortalecer sus aptitudes y reforzar sus potencialidades.

Cambiar lo que somos no debería ser entonces la meta, porque nuestra esencia también es producto de nuestra herencia de vida. Canalizar y reforzar las cualidades es lo que nos toca y, sin embargo, en muchas oportunidades estamos haciendo todo lo contrario, pues si el niño es bueno para las artes plásticas y la música, en lugar de enfocarnos allí, nos preocupamos por lo que no le gusta y en ocasiones los frustramos.
El sistema educativo es cruel con nuestros niños, exigiéndoles a todos por igual ser habilidosos en las matemáticas, por ejemplo, cuando hay tantas otras actividades para las que hemos sido capacitados.
Así que antes de querer “cambiar el fuerte carácter” de su hijo, vamos a conocerlo primero y vamos a propiciar en casa una dinámica familiar que permita que ese niño desarrolle todas sus potencialidades.
Dígale con frecuencia que lo ama y cuánto confía en él. Ponga los límites necesarios, para que los fuertes caracteres no se salgan de control y pida ayuda si lo necesita
