Integrando a un Niño con Diversidad Funcional en el Aula Regular
Cuando integramos niños con necesidades especiales en un aula regular, es indispensable primeramente, sensibilizar al docente de turno, quien tendrá la tarea de investigar, aprender y decidir aceptar el reto, y en segundo lugar, al grupo de compañeros.
Muchas personas no han tenido contacto con niños con síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral infantil o cualquier otra condición y por ello se les hace extraño. Sin embargo, cada día vemos con más beneplácito, que una cantidad significativa de niños han venido creciendo tan cerca de sus compañeritos con necesidades especiales, que ni siquiera notan la diferencia. Los ven tan cual y como son: niños parecidos a ellos. Esto es muy hermoso e inspirador, además de ser una lección profunda de aceptación y respeto.
Cuando estamos listos para integrar, es importante utilizar técnicas creativas y divertidas que nos guíen hacia la sensibilizacion del grupo regular. Así los niños asociarán el sentimiento de la alegría con sus compañeros con necesidades especiales y querrán asumir el reto de apoyarlos y amarlos.

Cuando tenemos aulas de integracion, ambas poblaciones salen muy fortalecidos. Los alumnos con necesidades especiales crecen copiando conductas de los pares de su misma edad cronológica, por lo tanto es un ambiente más justo, sensible, generoso y solidario, que les permite aprender y ser felices. Mientras que los niños regulares, se entrenan en la sensibilidad, el respeto, la tolerancia hacia las diferencias y el altruismo. Es verdaderamente una experiencia humana y espiritual única que guía a la sociedad hacia la fraternidad.
Cuentos, dramatizaciones, juegos y títeres, son algunas ideas que el docente puede utilizar para presentar a ese niño con diversidad funcional a sus nuevos compañeros. Use la creatividad y dispóngase a disfrutar el maravilloso momento de formar desde el amor.
A continuación, encontrará una obra de títeres que se le preparó a un niño con el síndrome de Asperger y Déficit de Atención (TDAH), cuando se le integraba a una escuela regular. Puede utilizarla adaptándola a la realidad del chico que le toque incorporar. Hágalo muy divertido. Los niños gozan mucho este tipo de actividades y además se animarán a ejercer un rol activo en el apoyo de su compañero con necesidades especiales.
Los títeres utilizados en esta obra en particular son personajes divertidos del programa Plaza Sésamo. Sin embargo, usted puede utilizar cualquiera que tenga a su disposición e incluso, la fabricación de éstos, podría ser una actividad pedagógica que realice con sus alumnos, previamente al objetivo propuesto de integración. Disfruten juntos la experiencia.

Obra de Títeres
Música muy alegre, de circo preferiblemente
Personajes:
Muppet 1: Pónganle el nombre que desea
Muppet 2: Utilice el nombre que desea
Andrés: El nombre del niño que va a integrar
Acto:
Música de fondo muy alegre. Sale M1 por una esquina hasta el centro del espacio y utilizando fuerte voz:
M1: «Damas y Caballeros, Niños y niñas, ¡bienvenidos a la presentación de este evento que se llevará a cabo bajo esta hermosa carpa de circo!»
Muppet 2: Va apareciendo tímidamente por la esquina contraria mientras M1 habla.
M2: «Jejejejejejeje. ¿Debajo de esta carpa de circo? Jejejejejeje (mucha risa contagiosa). ¿Dónde está la carpa de circo? No la veo por ninguna parte. Yo solo veo un grupo de niños sentados frente a nosotros con ojos saltones y boca abierta. ¿O no?»
M1: «¿Qué? ¿Cómo que ojos saltones y boca abierta? ¿En dónde está la carpa? ¿Quién se llevó la carpa?»
M2: «Tranquilo M1 nadie se llevó la carpa. ¡Creo que te has vuelto a equivocar!»
M1. «¿Como así? ¿Otra vez me equivoque de dirección?»
M2: «Jejejejeje si si si si. Otra vez te has equivocado»
M1 y M2: «¿Quién podrá ayudarnos?»
Andrés se coloca frente a los títeres
A: «Yo. ¡Yo puedo ayudarles! Estoy siempre dispuesto a ayudar a los que necesitan»

M1: «¿Tú quién eres?»
A: «Mi nombre es Andrés»
M2: «¿Y qué haces aquí?»
A: «Soy estudiante aquí. Estamos en un colegio, no en un circo. Aquí no hay elefantes, ni monos. Aquí solo estamos nosotros los niños de esta escuela»
M1: «¡Oh, Dios! ¿Y dónde se habrán ido los payasos y los animales del circo?»
A: «Yo no sé. Aquí no hay ninguno»
M2: «Y a ti Andrés, ¿te gusta el circo?»
A: «Si. Me gusta mucho»
M1: «Muy bien, muy bien…. ¡Yo lo sabía, yo lo sabía, yo sabía! Y cuéntanos, Andrés, ya que no estamos en el circo, dinos algo sobre estos niños. ¿Será que saltan como los monos del circo y podremos hacer una divertida función aquí?»
M2: «Jejejejejejejeje ¡que ocurrencias tienes tú M2! Jejejejeje. ¿No ves que no son animales? ¡Son NIÑOS! Deja que nuestro nuevo amigo Andrés nos cuente»
M1: «Si si si. Disculpa Andrés, es que también a veces me cuesta quedarme calladito y escuchar… jejeje»

A: «Bueno… Este colegio se llama XXXXXX. Estamos en el salón de cuarto grado y estos son mis nuevos compañeros»
M1 y M2: «Hola, hola niños. ¡Que gusto estar aquí con ustedes!»
M1: (Gritando de repente) «¡Niños y niñas del colegio XXXXXX, bienvenidos sean todos a nuestro espectáculo de circo…!»
M2: «Uyyyy ¿Pero otra vez? ¿Es que no te acabamos de decir que no estamos en el circo?»
M1: «Si si si si, disculpen niños. ¡Disculpen! Suelo equivocarme porque a veces olvido las cosas con mucha facilidad. Lo intentaré de nuevo: “niños y niñas, señoras y señores, profesores y profesoras, bienvenidos sean todos al salón de cuarto grado del colegio XXXXXX!. ¿Ahora si lo hice bien?»
Andres y M2: «¡Si! Ahora sí. Jejejejeje»
M1: (abrazando a su amigo): «Gracias amigo! Que lindo es contar con tu ayuda cada vez que me equivoco»
M2: «Para eso son los amigos. Quédate tranquilo. Aquí todos somos buenas personas y te podemos ayudar CADA VEZ QUE LO NECESITES. ¿Viste Andrés? Nosotros somos así, buenos amigos y podemos ayudarnos siempre. ¿Cuéntanos qué haces tú aquí?»

A: «Bueno, yo soy alumno de este salón. Estamos empezando el cuarto grado y aquí estamos todos juntos para aprender y jugar»
M2: «¿Viste M1? Andrés también tiene buenos amigos como nosotros»
M1: «¡Que lindo! Cuéntanos más sobre ti Andrés»
A: «Yo soy un niño muy inteligente. Vengo del colegio XXX. Allá tenía buenos amigos que me hicieron una despedida bonita cuando los dejé. Ahora estoy aquí. Me siento contento porque en este colegio también estudia mi hermana Sara y siempre quise estar en el mismo colegio de ella».
M2: «¿Y tu hermana Sara está aquí en este salón también? ¡Sara, Sara! ¿Dónde estás?»
A: «No no no. Ella es más grande que yo y está en octavo grado»
M1: «¡Entonces corre y vete al octavo grado con tu hermana!»
M2: «¡M1 ese no es un buen consejo para Andrés! Su hermana es más grande que él»
M1: (susurrando) «¿Y eso que importa? ¡Yo me iría al salón de Sara!»
M2: «Pero ¿qué dices M1? ¿Qué clase de consejos son esos? ¡Ya basta! ¡Compórtate!»
M1: «Jejejeje. A veces me encanta jugar bromas. Perdón, perdón, niños, ¡soy muy travieso! Y eso de hacer caso me cuestaaaaaaa muchoooooooooo. ¡Pobrecitas mis maestras, cuánto trabajo les di!»

M2: «Bueno, bueno, bueno M1, ¿será que podrás callarte un ratito y dejar que Andrés nos cuente algo más?»
M1.: «Si si si, jejejeje, si si si si, jejejeje. ¡¡¡Ya va ya va ya va!!! Jejejejejejej. ¡Bueno silencio pues, que hable Andrés!»
Andrés: «Además de inteligente soy un niño con autismo»
M1: «¿Au… qué? ¿Qué tienes un auto? ¿Tan joven y con carro ya?»
A: «¡No! Tengo Autismo, no un carro»
M1: «¿M2 sabes lo que es eso de au…. Au… que?»
M2: «¡Autismo M1! ¡A-U-T-I-S-M-O-! Si, M1 yo sé lo que es autismo. Mi hermana Luisa tiene autismo también»
M1: «¡Luisa, la bella y querida Luisa! ahhhh ¿Sabes que siempre me gusto tu hermana Luisa? Una buena amiga. Cuando cantaba y me miraba con esos ojos dulces. Y cuando sonreía ¡Que hermosa Luisa! Nunca supe que tenía Au… ¿Au… que?»
M2: «¡Autismo M1! ¡Autismo! Apréndetelo porque muchos niños tienen autismo y son bellos como mi hermana Luisa»
M1: «Entonces ¿tú eres bello también Andrés, como Luisa? ¿Eres buen amigo?»
A: «Si soy muy buen amigo. Y además estudioso. Me gusta mucho estudiar. Lo que más me gusta son las matemáticas»
M1: «¿Los Números? Uy … a mí no me gustan los números. A veces los confundo todos, los hago al revés. ¿Y restar?… ¡No por favor, no me pidan restar que salgo corriendo de aquí y me voy a buscar la carpa del circo con monos y todo! ¿Cuántos monos habrá? ¡Oh No! ¡Eso tampoco lo quiero contar… Mejor que lo cuente Andrés! ¡Adiós!»
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M2: «Hey hey hey ¿Como que adiós? ¿Vas a dejar a Andrés hablando solo?»
M1: «Pues…. pues…. ¡Si… Mejor me voy antes de que me pongan a multiplicar aquí!»
M2: «¡No señor, eso es una falta de educación! No te vas. Te quedas y escucharemos a Andrés. ¿Si fuera Luisa, te irías?»
M1: «¡Luisa! ¡Claro que no! Pero Luisa no va a ponerme a sumar y restar, ¿o sí?»
M2: «¡Pues Luisa también es muy buena con las matemáticas! Ahora por favor cierra la boca, y deja que Andrés nos cuente que más le gusta hacer»
M1: «Está bien ¡Me callaré la boca»
M2: «Rápido Andrés, cuéntanos más antes de que M1 vuelva a abrir la bocota. Le cuesta estarse calladito»
A: «También me gusta leer buenas historias y además soy bueno analizando gramaticalmente. Pinto, recorto, escribo, monto bicicleta, voy a natación, hago kárate, toco la batería y amo las arepas»
M1:» ¿Arepas? ¿Dijo Arepas? ¡Ummm que rico! ¡Ya me está gustando mucho este Andrés! ¡Ojalá me invite a comer arepas! Jejeje»
M2: «¡Volviste a abrir la boca M1! No interrumpas por favor»
M1: «¿Cómo callarme cuando se habla de arepas?»
M2: «shhhh calladito, calladito por favor»

M1: «Pero… pe…»
M2: «shhhhhh… que Andrés aun está hablando»
Andrés: «También hay cosas que no me gustan»
M2: «¿Sí? ¿Qué no te gusta Andrés?»
A: «Cuando hay mucho ruido me pongo nervioso y prefiero alejarme. Por eso ir a educación física me cuesta mucho»
M1: «¡Lo sabía, lo sabía! ¡A mí tampoco me gusta esa saltadera y esa gritería! Solo me gustan los aplausos en el circo»
M2: «Por Dios M1, ¿serás capaz de callarte de una vez por todas?»
M1: «Si, si claro, claro. Disculpen… ¡Uy que pena! Sigue Andrés, no te interrumpiré más»
Andrés: «A veces también me cuesta seguir órdenes, porque me pierdo un poco»
M1: «¡Igual como nos pasó a nosotros, nos perdimos y llegamos a este salón, no tengo idea de cómo!. ¿Cómo es que nos perdimos y caímos aquí M2? ¿Puedes explicarme?»
M2: (perdiendo la paciencia) «Yayayayayayaya… Por favor, yaaaaaa. ¡Deja hablar a Andrés!»
Andrés: «Si, el ruido me molesta mucho. Cuando gritan o hablan mucho en el salón, me siento mal y me alejo. A veces hasta grito también»
M1: «¡Claro, gritas como me grita M2 cuando me manda a callar! ¡A mí tampoco me gusta el ruido! Pero yo te tengo paciencia cuando me gritas M2. Entiendo que no es por hacerme daño. …. ¡Pero no me grites por favor!»
M2: «¡Ya lo sabía! Sabía que dirías eso. Yo te comprendo, te acepto y te quiero como eres. Trataré de no hacer mucho ruido para que no te irrites»
Andrés: «También el ruido me impide poner atención»

M2: «Eso es fácil de resolver. Cualquiera de tus compañeros puede sentarse a tu lado y ayudarte a poner atención cuando estés disperso. Eso es muy sabroso. ¡Tener amigos es tan especial! ¿A ver, quién aquí quiere ayudar a Andrés cuando le cueste poner atención?»
Abrir espacio suficiente para que los niños se expresen. Ante la respuesta positiva, el títere invitará a los chicos que levantaron la mano a acercarse, tocarlo, saludarlo, preguntará sus nombres, se los presentará a Andrés y les agradecerá por ser tan noble personas.
M1: «¡Yo yo yo yooooooo! ¡Yo también quiero sentarme al lado de Andrés para ayudarlo y comerme su arepaaaaa!»
M2: «¡No, no lo harás! Eso tampoco es de buena educación. Si Andrés quiere compartir contigo lo hará, pero tú no puedes comerte su arepa. No debes tomar lo que no es tuyo. Siéntate a su lado y él podrá ayudarte con las matemáticas»
M1: «¿De verdad? ¿Lo harías Andrés? ¿Me ayudarías con la resta, soy muy malo restando. ¿Y la división? ¡Ay, soy un desastre dividiendo!»
Andrés: «¡Claro! ¡Puedo ayudarte a ti y a todos los que quieran!»
M2: «¡Bravo! ¡Aplausos para todos! M1 que bueno que nos perdimos y caímos en este salón de clases. Ahora tenemos un nuevo amigo»
M1: «¿Quieres ir al circo a vernos la próxima vez? ¡cuando lo encontremos claro!»
Andrés: «Si quiero. ¡Me encanta el circo!»
F1 y F2: «Pues te esperamos pronto y los esperamos a todos. Trae a tus compañeros y pasaremos un rato sensacional todos juntos»
M1: «Siiiiiiiii, y trae tus arepas… Jejejejejejejeje»
M2: «Chao muchachos, quiéranse mucho. Ayúdense y sean felices»
M1: «Chaitooooooooooooo Hasta la próxima»
M1 y M2: Abrazan a Andrés y se despiden.
Fin
Recuerden siempre estimados docentes, que la infancia es para crecer jugando y ser felices. Si ustedes lo logran en sus aulas, tendremos verdaderamente en nuestras manos un mundo mucho mejor.
